Nueva entrevista de Emma con XL Semanal

XLSemanal. Esta es una película sobre nuestros miedos más íntimos. ¿Cuáles son los suyos?
Emma Watson. ¡Uh, guau! [Ríe, y piensa antes de contestar]. Cosas habituales como las inyecciones, ¡no me gustan nada! Es uno de mis grandes miedos. Y las películas de miedo, ¡me dan pavor! [Ríe].

XL. ¿Alguien cuya fortuna se estima en 60 millones de dólares tiene los mismos miedos que el resto de los mortales?
E.W. [Seria]. En mi caso, absolutamente. Creo que mis miedos son universales, no creo que tenga nada especial en ese sentido.

XL. En el filme hay una crítica a ciertas terapias, las llamadas ‘técnicas de regresión’. ¿Comparte esa visión?
E.W. Uf, ¡buena pregunta! Creo que la mente es muy muy poderosa. Y más nos vale tener cuidado con las personas a las que damos acceso a nuestra mente. Como todo en la vida, admite varias lecturas. La religión puede tener poderes brillantes, pero también ejercer una influencia devastadora y terrible. Lo mismo ocurre con la psicología.

XL. Oiga, ¿y cómo sabemos a quién cerrarle la puerta de nuestra mente?
E.W. Lo mejor es fiarte de ti mismo, de tu intuición. Y no dejarte llevar por alguien o por cualquier ideología, religión o terapia.

XL. Ángela, su personaje en la película, se refugia en cierto modo en la Iglesia. Usted ha elegido el yoga… ¿La ayuda?
E.W. El yoga me aporta mucho equilibrio. Es un ejercicio físico, pero al mismo tiempo es meditación. No es solo bueno para mi cuerpo, también lo es para mi mente. Me gusta esa aproximación holística, que me ayuda en todos los sentidos. Me ha sido muy útil.

XL. Incluso hizo una semana de retiro silencioso. ¿Cómo se lleva eso de no hablar durante días?
E.W. Eso lo hice porque estoy entrenando para obtener el certificado de monitora de yoga. Fue parte de mis estudios.

XL. ¿Instructora? ¿Está usted buscando un plan B?
E.W. [Ríe]. No, no. Es por interés personal. Quiero profundizar en el yoga más allá de ir a una clase y creo que, cuando alcanzas ese nivel que te permite enseñar a los demás, aunque luego no pretendas ejercer profesionalmente, realmente entiendes de qué va.

XL. La película es también muy crítica con los poderes de los medios de comunicación. Algo que usted ha sufrido en sus propias carnes…
E.W. Los medios tienen un poder enorme y a menudo no lo utilizan con la responsabilidad que deberían. Pueden tener un impacto gigantesco sobre la vida de alguien, pueden hacer mucho daño. Volvemos a lo mismo que decíamos al hablar de la religión o la psicología: todo poder debe ser ejercido por gente íntegra y con responsabilidad.

XL. Algo que no siempre ocurre…
E.W. Lamentablemente.

XL. ¿Cómo le ha afectado a usted?
E.W. Lo he intentado llevar de la mejor manera posible. Es difícil, porque como ser humano aspiras a sentirte comprendido. Quieres pensar que la gente te conoce realmente como eres. Así que, cuando dan una idea falsa de ti o cuando citan mal una frase tuya o la sacan de contexto, es muy difícil que no te haga daño.

XL. ¿Cree que la gente conoce a la ‘verdadera’ Emma Watson?
E.W. Sí, creo que a lo largo de mi carrera la gente se va haciendo una idea de lo que realmente es importante para mí: quién soy y qué trato de decir. Creo que el público tiene la capacidad de filtrar los mensajes que recibe y que no se cree todo lo que lee. ¡Confío en él!

XL. Y está usted comprometida con la igualdad de género…
E.W. Me convertí en una persona muy famosa siendo muy joven y aprovecho esa atención que despierto para sacar ciertos temas a la luz. Soy embajadora de buena voluntad de la ONU en un asunto con el que siempre he estado muy sensibilizada.

XL. Dio un emotivo discurso en la ONU…
E.W. ¡Estaba nerviosísima! Además, no soy ninguna experta, ni tengo una gran cualificación en ciertos temas, como el del género. Pero soy una persona curiosa, con ganas de aprender y preguntar. Además, es mejor que no sea una experta. La mayor parte de la gente no está en Davos ni habla delante de los representantes de la ONU, pero quiere sentirse incluida en una manera de entender el mundo. En cierto modo, me siento una ventana para ellos.

XL. Pero escribió usted misma su discurso y apenas se lo enseñó a nadie antes de subir al estrado…
E.W. Lo escribí yo, sí. Para mí era importante que fuesen mis propias palabras. Soy una buena actriz, pero no hubiera podido pronunciar ese discurso si no lo llego a escribir.

XL. ¿Quiere cambiar el mundo?
E.W. [Ríe]. ¡Ojalá! Hay un dicho en inglés que dice que, si te quieres comer un elefante entero, la manera de conseguirlo es bocado a bocado. ¡En ello estoy! [Vuelve a reír]. Esto es mi proyecto vital, no algo de lo que me ocupo unos meses para olvidarlo después.

XL. Usted se dirige directamente a las industrias del cine y de la moda.
E.W. ¡Sí! Y creo que en ambos casos habrá cambios, la clave está en ver a qué velocidad se producen. El cambio es inevitable. Solo está en el aire la velocidad.

XL. En la ONU dijo que, de pequeña, si se mostraba segura de sus ideas, la llamaban ‘mandona’.
E.W. Sí. Le pasa mucho a las mujeres. Es una pena. Tener una opinión propia o las ideas claras no gusta a muchos. A las mujeres nos sitúan en una categoría decorativa. Es difícil que eso no te afecte, que no te desaliente.

XL. ¿Le ha afectado a usted?
E.W. Por supuesto. Me ha afectado psicológicamente y, como a mí, a millones de mujeres en todo el mundo. ¡Es una pena! Hace que nos contengamos y creo que muchas mujeres no alcanzan todo su potencial por cosas de este tipo.

XL. Cuenta con 30 millones de seguidores en Facebook,17 millones en Twitter… ¡Pero nada de selfies!
E.W. ¡No! No me identifico con el nivel de vanidad que hay en las redes sociales. ¡No me considero infinitamente interesante para la humanidad! [Ríe]. Y creo que hay cosas mucho más importantes que hablar de Emma Watson.

XL. También habló de que usted se sintió sexualizada a una edad muy temprana.
E.W. ¡Sí! Yo he estado muy expuesta desde pequeña. Y con apenas 14 o 15 años algunos sectores de la prensa empezaron ya a dar una versión muy sexualizada de mi imagen. Incluso ahora, como embajadora de la ONU, constantemente me veo en la obligación de resistirme a la sexualización de mi persona. Es algo muy generalizado, pero creo que cambiará.

XL. Aunque esa lucha no es incompatible con su pasión por el mundo de la moda, con su amistad con personalidades como Karl Lagerfeld…
E.W. Más que a los grandes creadores, yo me dirijo al consumidor: pregunta, comprueba cómo se hizo eso que te estás comprando, en qué condiciones trabaja la gente en esa compañía… No nos damos cuenta del poder que tenemos los consumidores. Nuestras decisiones tienen impacto en el mercado. ¡Sé curioso, ten conciencia! Ese es mi mensaje.

XL. Hace unas semanas tuvo lugar el casting para el spin off de Harry Potter, con pequeñas de nueve años presentándose. ¿Saldrá de ahí la próxima Emma Watson?
E.W. ¡No lo sé! Pero me ha hecho recordar ese momento de mi vida, cuando yo tenía esa edad y me presenté al casting. Es muy extraño ver cómo resurge todo. Creo que harán un gran trabajo.

XL. Aunque usted no participará…
E.W. No, no. [Sonríe y calla].

XL. Hablemos de Alejandro Amenábar. ¿Cómo fue trabajar con él?
E.W. Maravilloso. Es tan sensible, creativo y apasionado que, simplemente, quieres estar con él. Es muy respetuoso y consigue sacar lo mejor de cada uno de nosotros.

XL. ¿Lo consiguió?
E.W. ¡Consiguió sacar lo mejor de mí, sí!

XL. ¿Quién fue a buscar a quién?
E.W. Alguien ha dicho que fui yo quien fue a buscarlo a él, pero no fue así. Me mandó el guion a Londres, me reuní con él y, a partir de ahí, todo fue rodado.

XL. ¿Otros directores españoles con los que le gustaría trabajar?
E.W. ¡Caray, buena pregunta! Me encantan muchos directores españoles… y mexicanos también. Tenía un proyecto con Guillermo del Toro, pero no salió adelante. Me encantaría. Espero tener otra oportunidad de trabajar con él. Pero Alejandro es de lo mejor, no sé si se puede mejorar.

XL. El filme acude a San Sebastián fuera de concurso, pero muchos ven en la película una candidata a los Oscar…
E.W. ¡Ojalá! Me encantaría, por supuesto. Es una aproximación muy interesante al thriller, que se mira mucho en los clásicos del género. Pero al tiempo añade algo nuevo.

XL. ¿llegará a los Oscar?
E.W. ¡No veo por qué no! [Ríe].

XL. Cuando Amenábar menciona sus referentes para la película, habla de filmes rodados antes de que usted hubiese nacido. ¿Cómo conecta con esas referencias?
E.W. Ha sido curioso, porque no es el género que yo más veo. Y muchas de esas películas que él menciona no las he visto. Pero sí creo que ha conseguido darle a la película ese aire de los clásicos de los años sesenta y setenta. Se nota que él es un gran fan del género y ha incluido pequeños homenajes. A los amantes del cine de terror les encantará.

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